El Senador tolimense Miguel Ángel Barreto indicó que “pasados 11 años de la entrada en vigencia del decreto 1.500 de 2007, que modernizaría las plantas de sacrificio con estándares internacionales y transformaría los mal llamados ‘mataderos’ en lugares seguros para el desposte y desprese de carnes para mejorar las condiciones higiénicas y consumo seguro de esta proteína a los colombianos, éste no se cumplió como se esperaba y, en la actualidad, especialmente en los municipios alejados de los grandes centros de consumo, persisten los problemas de abastecimiento, altos precios, e inseguridad en el manejo de la inocuidad del producto final”.En Roncesvalles, por ejemplo, el sacrificio, por reducir costos, se hace en Yumbo (Valle del Cauca), por lo que el transporte de los bovinos y la llegada de la carne en cadena de frío, fija el kilo de carne en 17 mil pesos en verano y 19 mil pesos en invierno. Además, y dada su geografía, difícilmente se puede controlar el sacrificio ilegal, que no abarata los costos, sino que llega a los consumidores finales al mismo valor y pone en peligro la salud de sus habitantes. En Tolima hay 33 municipios con serios problemas de abastecimiento, comercialización y calidad. Una planta de sacrificio, la más económica, cuesta 4.500 millones de pesos.