“Mi hijo era mi pana, mi compañero”: Padre de Diego, el joven ibaguereño que murió practicando deportes extremos

El pasado domingo, hacia las 4:00 de la tarde, Diego se encontraba realizando una actividad de turismo extremo junto a sus amigos cuando un error humano terminó en tragedia. La cuerda que usaba para descender no alcanzó y la corriente de la cascada, de aproximadamente 200 metros, lo arrastró.

“Hicieron todo lo posible, pero no pudieron. La fuerza del agua fue más fuerte que ellos”, relató don Dairo, con la voz entrecortada por el dolor.

Los amigos del joven tuvieron que recorrer varios kilómetros para encontrar señal y pedir ayuda, mientras que la Defensa Civil, los Bomberos y la Policía emprendieron un rescate que se prolongó durante más de 24 horas.

“Algunas personas decían que hubo desidia, pero no fue así. El lugar era muy agreste, muy difícil. Agradezco a todos los que ayudaron. Se la jugaron toda para sacarlo de allá”, aseguró el padre.

Un líder del turismo en el Tolima

Diego, de 28 años, no solo era un apasionado de los deportes extremos. Era ingeniero ambiental y propietario de la agencia Cultura Viajera, reconocida por promover el turismo de aventura en el Tolima. Su misión siempre fue clara: atraer visitantes a su región y mostrar las maravillas de su tierra.

Había representado al departamento en ferias nacionales y estaba postulado para asistir a un encuentro internacional en España en 2026, consolidando su reputación como joven emprendedor y líder turístico.

“Más que mi hijo, mi amigo y mi pana”

Para don Dairo, Diego no era solo un hijo, sino un compañero de vida.

“Era un muchacho pilo, emprendedor, que empezó de cero. Le iba muy bien, amaba su tierra y la mostraba con orgullo. No sé por qué pasan estas cosas… me duele el alma. Diego era más que mi hijo: era mi amigo, mi pana, mi compañero”, concluyó entre sollozos.

La comunidad del Tolima recuerda a Diego como un joven lleno de energía, dispuesto a vivir la vida al máximo y a dejar una huella en la promoción del turismo local. Su muerte deja un vacío profundo, pero también un legado de pasión por su tierra y su gente.