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29 Mayo 2017 11:48 AM

Ibagué en alerta por el sicariato y la extorsión

Alerta
Tolima

Palabras del bajo mundo como “sicariato” u “oficina de cobro” no solían hacer parte del vocabulario ibaguereño. Eran términos de historias ajenas y lejanas que poco o nada tenían que ver con nuestras vidas tranquilas en el que sentimos como “el mejor vividero del mundo”.

Lastimosamente empezamos a ver preocupantes señales de que las cosas están cambiando.

La extorsión y el sicariato están haciendo presencia en Ibagué y las pruebas están al canto: los recientes ataques por parte de sicarios a tres parejas en la ciudad son muestra de ello.

De acuerdo con el portal noticioso de Rubén D. Correa, se trató de “tres parejas, esposo y esposa, que mueven dinero o se dedican a actividades particulares, que han sufrido graves atentados, con saldo de cuatro cónyuges asesinados y dos más gravemente heridos”.

Una de las víctimas de los ataques se llama José Gildardo Zambrano, quien herido de bala llegó en su camioneta hasta las urgencias del Hospital Federico Lleras Acosta para tratar de salvar su vida. A Zambrano ya habían intentado darle muerte el 7 de abril en el barrio Fenalco cuando desconocidos le lanzaron una granada de fragmentación.

¿Acaso están cambiando las prioridades en la ciudad y por tal razón está llegando la peor de las violencias a Ibagué? Ojo, porque muchas veces en el intento de ser como otras ciudades que vemos como más grandes y desarrolladas se termina copiando poco de lo bueno, pero sí mucho de lo malo.

Así las cosas, en materia de seguridad llegó la hora de valorar y proteger aquello que dábamos por sobreentendido: nuestra paz y tranquilidad.

En lo que respecta a los hechos delincuenciales de los últimos días, la Fiscalía General inicia su trabajo investigativo con un hecho claro: los sicarios no son de la ciudad.

Luego, si los sicarios de Zambrano y compañía vienen de afuera, entonces surge una pregunta obvia: ¿quién los trajo? Según el mismo Portal noticioso, en su momento el alcalde encargado Juan Espinosa, habló “de la existencia en Ibagué de una oficina de cobro del bajo mundo”, con lo cual queda claro que estamos ante un tema de la mayor preocupación, así las autoridades cambien de parecer y nos den a entender que no hay que alarmarse.

Por supuesto que tenemos razones para preocuparnos con lo que está pasando. Cómo no nos vamos a alarmar si precisamente es en los barrios donde mas inseguridad se está sintiendo. En tan solo un año la percepción de inseguridad subió 10 puntos, según ‘Ibagué Cómo Vamos’ (de 17% en 2105 a 27% en 2016).

No podemos quedarnos callados: el tema no es menor ni puede ser visto de forma ligera o superficial.

Una de las muchas maneras en que una ciudad le genera valor a su gente es proporcionándole un entorno seguro y acogedor, donde puedan crecer tanto sus familias como sus emprendimientos. No brindar seguridad es una falla urbana grave e imperdonable, en la que no podemos caer.

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