20 Abr 2017 07:29 AM

Diplomacia y… encuentros casuales!!!

Alerta
Tolima

Escuchando las noticias en estos días me entere del trino con el que el expresidente Andrés Pastrana dio a conocer a los colombianos y la comunidad internacional una conversación generosa con el presidente de los Estados Unidos acerca de los asuntos internos de Colombia y la región.

Hay dos cosas muy importantes, por no decir curiosas, que surgen de este hecho. Primero, como estudiante de relaciones internacionales, lo primero que uno aprende es que desde el tratado del Westfelia de 1648, los canales diplomáticos son los más apropiados para comunicar asuntos de estado y evitar mal entendidos que puedan llevar a consecuencias no deseadas, como las incontable guerras que sufrió Europa entre sus naciones antes de dicho acuerdo. Lo segundo,  con base a dicho pacto se crearon cuerpos diplomáticos con personas curtidas en el arte de la diplomacia que tuvieran dicha responsabilidad y así sortear mal entendidos que nos llevara a lo arriba ya expuesto.

Cuando actores ajenos a estos dos principios de las relaciones internacionales se involucran de manera directa, lo normal es que quien inicia este tipo de ejercicio casi siempre es la oposición a un gobierno dentro de un estado. También es normal que el país que fuese objeto de esta iniciativa lo rechace. Digo casi siempre porque en el teatro internacional estos movimientos liderados por grupos fuera del gobierno son bien acogidos por las potencias occidentales cuando el gobierno no es considerado legítimo o democrático por sus respectivas administraciones, como es el caso de algunos países en Oriente Medio y África, por no nombrar otros más cercanos.

Pero los tiempos han cambiado. En la casa blanca tenemos a un presidente conservador que quiere romper las reglas establecidas del ordenamiento internacional y lo está haciendo: atacó a Siria sin el consentimiento de las Naciones Unidas; dijo que la OTAN era obsoleta, animo a la Gran Bretaña a salir de la Unión Europea, entre otros. Claro, después reconoció que algunos de sus comentarios fueron erróneos pero no diciéndolo así sino simplemente cambiando el discurso, como en el caso de la OTAN, donde ya le dio la importancia que antes le resto.

En el caso colombiano, y el famoso trino del expresidente conservador, podemos ver que el presidente Norteamericano de nuevo rompió las reglas de la política internacional y, según ese trino, dialogaron con Trump, dando opiniones francas sobre Colombia y la región. Obviamente esto no es normal dentro del marco diplomático y se ve muy mal que el líder estadounidense hubiera discutido estos temas con un exmandatario colombiano antes de dialogar con el titular del gobierno, cual si Colombia fuese un estado paria.

En Colombia los tiempos no han cambiado tanto. Hace algunos años una señora se iba fuera del país a hablar mal de su país y todos le reprocharon tales actos, pues en ese momento, como lo es ahora, las relaciones internacionales y los pronunciamientos acerca del estado están a  cargo del cuerpo diplomático. Estos reproches hacia esta persona fueron acertados en su momento, pues no tenía ella ninguna injerencia sobre esos temas al no contar con autorización del gobierno de turno.

Lo grave de todo el asunto que involucra al actual presidente de los Estados Unidos, no es si este rompió las reglas de la diplomacia, pues ya vimos que lo hace incesantemente, o si estaba bien que discutiera asuntos domésticos con actores ajenos al gobierno actual. No, lo grave del asunto son dos cosas: primero; todo se debe a un trino de un expresidente que anteriormente había trinado que Trump era el Juan Manuel Santos norteamericano. Y segundo, si fue eso una reunión en realidad?

Y el presidente Uribe? Ahhh Bueno, cuando él trine sobre el asunto sabremos todas las verdades.