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27 Feb 2017 05:13 PM

ACTO LEGISLATIVO PARA BLINDAR LOS ACUERDOS DE PAZ, UN ATENTADO A LA CONSTITUCIÓN

Alerta
Tolima

No le bastó a 55 Senadores,  que las mayorías del Congreso, matriculados en la unidad nacional  y que respaldan las políticas de gobierno de Juan Manuel Santos, desconocieran la voluntad democrática de la mayoría de colombianos expresada en el plebiscito del 2 de octubre, con la aprobación de los acuerdos de la Habana como ya todos sabemos;  para que ahora, renuncien de facto, a las funciones constitucionales que les corresponden, con la aprobación del acto legislativo por el cual se blindan los acuerdos con las FARC y nos obliguen a acatarlo, sin modificación alguna, por los próximos tres periodos presidenciales.

La constitución Política de Colombia es muy clara en materia de función legislativa,  su artículo 114 señala de manera general, las funciones del Congreso que entre otras es la de reformar la constitución y hacer las leyes que rigen en todo el territorio Colombiano; así mismo el artículo 150, señala de manera clara como el Congreso de la República le corresponde su función de hacer, interpretar, reformar y derogar leyes; por último, podemos resaltar también el artículo 374 de nuestra carta de derechos, donde se ratifica al Congreso, como uno de los tres mecanismos por los cuales, nuestra constitución puede ser reformada. Con lo anterior, nos queda claro, que son nuestros representantes a la Cámara y Senadores de la República, a quienes les recae la responsabilidad constitucional de realizar modificaciones a la constitución de 1991. Sin embargo, con la aprobación del acto legislativo, dicha función queda vetada, por lo menos, en lo que corresponde en materia de los acuerdos con las FARC.

A mi juicio, se ha configurado entonces, un atentado contra la Constitución, que contó con el beneplácito de algunos cuantos padres de la patria, fieles aliados del Nobel de Paz, que tienen sus asientos en los partidos gobiernistas; una entrega injustificada del mandato popular y soberano que el pueblo Colombiano les entregó en el 2014, una abdicación del legislativo que rompe por completo con la teoría de  Montesquieu de la tridivisión de poderes.

El acuerdo de paz con las FARC,  junto a la obstinada posición del primer mandatario de los colombianos, ha eclipsado la función legislativa, al punto de meter en una camisa de once varas, sin titubear, a los próximos congresistas, que aun, sin haber pisado el capitolio, desde ya, tienen que arrastrar una cadena que les limita sus funciones y los obliga a acatar las iniciativas que han desarrollado y que logren sacar adelante, por lo menos, mientras que dure el Gobierno Santos.

Hoy recuerdo un principio básico del mundo jurídico,  “las cosas en derecho se deshacen como se hacen” y se enciende en mi imaginario, una luz de esperanza, que logra alumbrar un futuro, quizás no muy lejano, donde en el próximo periodo legislativo, el Congreso de la República, junto con otro acto legislativo, como el que pretenden aprobar para blindar los acuerdos de las FARC, logre reversar semejante atentado  en contra de nuestra constitución política, y dejar de nuevo, las cosas en su sitio.